Seguimiento del desarrollo cognitivo de los usuarios y de su bienestar emocional. Esto implica la realización de evaluaciones periódicas mediante pruebas diagnósticas y clínicas especializadas. El objetivo principal es proponer programas de intervención en psicoestimulación, diseñados para mantener o ralentizar el deterioro de las capacidades cognitivas. Coordinación con el equipo multidisciplinario para la elaboración de los Planes de Atención Individualizada (PAIs). Además, se busca fomentar activamente la integración y participación tanto de los residentes como de sus familias en las actividades y la vida diaria. Planificación, coordinación y ejecución de diversas actividades de estimulación, como orientación a la realidad y ejercicios de memoria. También, la elaboración y el control de los registros necesarios para el correcto seguimiento de las pautas establecidas para cada usuario. Es importante realizar valoraciones neuropsicológicas, diagnósticos emocionales y conductuales, así como establecer objetivos terapéuticos personalizados y realizar un seguimiento constante de la evolución de cada caso.