Las tareas principales incluyen la alimentación y el suministro de agua al ganado, distribuyendo piensos y forrajes según las necesidades. Es importante controlar el acceso al agua, mantener los bebederos limpios y preparar raciones específicas para diferentes tipos de animales. El manejo del ganado implica guiar y encerrar a los animales, separar a los enfermos o recién nacidos, e identificar al ganado mediante crotales u otros métodos. En el ordeño, se deben conducir los animales a la sala, colocar los equipos correctamente y detectar posibles problemas de salud. La limpieza y el mantenimiento son cruciales, incluyendo la limpieza de establos, corrales y la colaboración en pequeñas reparaciones. También se requiere observar signos de enfermedad, ayudar en tratamientos veterinarios y aplicar medidas de bioseguridad. Se prestará apoyo en la reproducción, detección de celo y control de partos. Se deben registrar nacimientos, muertes y tratamientos, utilizando sistemas de trazabilidad básicos. El trabajo en campo incluye el pastoreo, la revisión de cercados y la ayuda en la recogida de forraje. Se requiere residencia en la finca para atender emergencias del ganado.