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Enrique Samper es director general de NIMGenetics. Es un experto en estadística y data science que trata diferentes fuentes de información para realizar un análisis que le permita sacar conclusiones útiles en el ámbito de la investigación genómica. Crea herramientas de análisis adecuadas a las necesidades de las investigaciones en el campo de la genómica.
Se describe a los bioinformáticos y analistas genéticos/genómicos como perfiles necesarios y complementarios, cuya interacción facilita la interpretación de datos en proyectos de diagnóstico genético y de investigación. Se señala que estas nuevas profesiones tienen demanda y requieren una formación muy específica.
Elena Ibáñez, fundadora de Singularity Experts, define a este profesional como "el experto en estadística y data science que trata diferentes fuentes de información para realizar un análisis que le permita sacar conclusiones útiles en el ámbito de la investigación genómica" y recuerda que debe crear herramientas de análisis adecuadas a las necesidades de las investigaciones en este campo, con conocimientos formales sobre genética y sabiendo qué tipo de información se está analizando y cuál es su importancia.
Enrique Samper, consejero delegado de NIMGenetics, señala que la labor consiste en unir la actividad de un ingeniero informático y la de un biólogo molecular, con la dificultad de combinar ambas disciplinas. Describe que suelen llegar profesionales con doctorado en biología molecular o máster en genética humana, que luego realizan otro máster en bioinformática, biología computacional o ciencia de big data, y que a menudo es necesario brindarles una formación en la propia compañía durante un periodo de seis meses. También indica que es crucial entender bien la genética, y que es un perfil muy demandado con baja tasa de paro, aunque puede haber variaciones por el contexto.
El CEO de NIMGenetics recuerda que también cuentan con perfiles junior con máster a quienes se les ofrece formación de uno o dos años como bioinformáticos o analistas genéticos, y señala que, aunque hay másteres buenos, en general falta formación específica sobre estas cuestiones; existen pocos programas de bioinformática o de datos aplicados a la salud, y la falta de especialidad en genética en España complica la formación y el reconocimiento de los profesionales.
Samper explica que en esta actividad intervienen también los analistas genéticos, que se dedican a hacer los informes médicos. Se trata de un perfil diferente, aunque relacionado: en el inicio del proceso es un médico quien prescribe el diagnóstico genético; debe haber un director médico, que no realiza el trabajo de bioinformática o de analista genético, pero es determinante y también requiere alta especialización.
Qué exigen las compañías
 * Un doctorado biomédico sirve a los candidatos para entrenarse en la presentación de datos, en ser analítico y en tener rigor científico.
 * Se exige flexibilidad y capacidad de aprendizaje, porque se trata de un área que va a gran velocidad. Enrique Samper recuerda que en 2003 se secuenció el primer genoma humano, una operación global que costó 3.000 millones de dólares. Hoy esto se hace en empresas medianas punteras y el coste ha pasado a ser de unos 2.000-3.000 euros para la secuenciación y la interpretación de los datos.
 * Deben ser capaces de emitir informes con mucha seguridad y detalle; y el trabajo en equipo resulta fundamental. En procesos tan complejos, la habilidad de comunicación y la mente colaborativa son clave.
Trabajos del futuro — “Data scientist” para análisis de riesgo
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