El trabajo consiste en la manipulación de turbocompresores, lo que implica su completo desmontaje para poder realizar una inspección exhaustiva de cada pieza. Tras la inspección, se lleva a cabo la reparación de los turbocompresores, sustituyendo todos aquellos componentes que se encuentren dañados o desgastados, como rodamientos, retenes y álabes. Una parte fundamental del trabajo es el equilibrado y calibrado preciso de todas las piezas que han sido reparadas o reemplazadas. Posteriormente, se realiza el ensamblaje cuidadoso del turbocompresor y se verifica su correcto funcionamiento para asegurar su óptimo rendimiento. Es indispensable seguir rigurosamente las normas de seguridad y los estándares de calidad establecidos durante cada una de las etapas del proceso, desde el desmontaje inicial hasta la verificación final.