Responsabilidades principales incluyen el cuidado integral de las cerdas, desde la detección del celo hasta la inseminación artificial. Se requiere el control y seguimiento de los índices genéticos para asegurar la calidad de la reproducción, así como el manejo adecuado de las dosis seminales. También, es importante administrar los tratamientos necesarios a los animales siguiendo las indicaciones del veterinario y llevar a cabo el plan de vacunación establecido. Se necesita realizar el crotalado y el procesamiento de los animales, así como participar en el testaje de las futuras reproductoras. Adicionalmente, se gestionan las altas y bajas de los animales, se controlan los ratios de producción y se supervisa el movimiento de los mismos. También se garantiza el control de la alimentación y el agua, la limpieza de los desechos y se brinda apoyo al resto del personal en tareas de gestión de la granja y mantenimiento de los equipos.